Vista la segunda entrega de la edición “definitiva” de Príncipe Valiente que lanza Fantagraphics, con la que supuestamente es la recuperación de color más fidedigna hasta ahora gracias a las famosas planchas de Siracusa. Y, la verdad, el color es magnífico, es cierto. Indudablemente, es de lo mejor que he visto, pero parece que el amigo Val está condenado a quedarse siempre a un paso de la perfección. La reproducción de la línea es sorprendentemente borrosa, muy inferior a la del primer volumen y a años luz de la lograda por la edición de Manuel Caldas.
¡Ay! ¡Lo que sería una edición con el color de Fantagraphics y la labor de restauración de línea de Caldas!
(Aunque, de momento, y puestos a elegir, me sigo quedando con la edición de Caldas, sobre todo después de ver los espléndidos originales de Foster a gran tamaño. Qué lástima que no podamos ver una edición a ese tamaño para ver el dinamismo, vitalidad y fuerza del trazo de Foster…)